21.07.2023
Las consecuencias de la violencia y la inseguridad van mucho más allá de ciertos números oficiales. La tolerancia con la violencia, el empoderamiento de los grupos criminales está rompiendo cotidianamente el tejido social, deshumanizando sus acciones, que no sólo se hacen más violentas sino también más crueles y todo eso se refleja en la vida cotidiana.
Debemos de dejar de dar sólo el recuento de víctimas de violencia para profundizar en la trascendencia de la misma. Más allá de los más de 161 mil muertos y los 41 mil desaparecidos en lo que va de este sexenio, la inseguridad que vive la población se refleja en muchos otros delitos. Y quienes más lo sufren son, sin duda,las mujeres.
Los números reflejan una suerte de realidad paralela a la que se maneja todos los días en la mañanera, donde sencillamente se ignora, no se habla, de lo que están viviendo, sufriendo, buena parte de la sociedad mexicana. De enero a junio de este año se cometieron tres mil 285 crímenes con violencia extrema y, de acuerdo con los registros de Causa en Común, ello representa un 24 por ciento más que en el mismo lapso del 2021 y un cinco por ciento más que en el 2022.
Durante el primer semestre del año, se registraron 990 casos de tortura; 310 casos de mutilación, descuartizamiento y destrucción de cadáveres, y 226 masacres, de esas que el presidente López Obrador dice que ya no existen en México.
Las que más sufren son la mujeres. Según el informe de Causa en Común el asesinato de mujeres con crueldad extrema es la segunda atrocidad más recurrente en el país, con 473 casos, un promedio de 18 cada semana, más de dos asesinatos de mujeres con extrema crueldad cada día. Hubo otros 134 asesinatos de niñas, niños y adolescentes, unos 22 casos al mes.
Después de la tortura y los asesinatos de mujeres con extrema crueldad, la tercera atrocidad más reportada en el informe de Causa en Común es la mutilación de cadáveres. La lista continúa con actos violentos contras autoridades, masacres, violación agravada,fosas clandestinas, calcinamiento, asesinato de funcionarios, intentos de linchamiento, violencia contra migrantes, esclavitud, trata, desplazamiento forzado, asesinato de periodistas, de madres buscadoras y activistas.
Esa violencia vive y se alimenta en el hogar de muchos mexicanos. La violación es el delito que más crecido en el país en los últimos seis meses, junto con la violencia intrafamiliar. En estados como Nayarit las violaciones han crecido un 70 por ciento en seis meses, se abre una carpeta de investigación cada 20 minutos, y cada dos minutos se abre otra por violencia intrafamiliar. Esa es la cifra de los delitos denunciados: imaginémonos la cifra negra, la cantidad de violaciones y de actos de violencia intrafamiliar que se producen cada día y no son denunciados. El porcentaje es infinitamente mayor.
La encuesta de percepción de inseguridad del INEGI lo confirma. El 62.3 por ciento de los mexicanos se sienten inseguros en su comunidad. Pero el porcentaje es muy diferente entre hombres y mujeres. Mientras que el 54.8 por ciento de los hombres se sienten inseguros, ese porcentaje aumenta al 68.6 por ciento entre las mujeres.
Cuando vemos lo que sucede en las distintas zonas del país hay algunos números terribles: las ciudades más inseguras siguen siendo, desde hace meses, Fresnillo con un 92.8 por ciento yZacatecas con un 91.7 por ciento. En el estadode Zacatecas, ocurrieron 141 atrocidades, como describe Causa en Común a los crímenes extremadamente violentos, entre ellas 21 masacres, 23 casos de tortura y 26 actos violentos contra la autoridad.
Los índices no son mejores en otras ciudades y latitudes: Ciudad Obregón en Sonora tiene un índice de 90.3 por ciento, Ecatepec 87.6, Irapuato, que alguna vez fue una ciudad particularmente segura, un 87.3 por ciento de percepción de inseguridad y Naucalpan 87.2 por ciento.
Hay también algunas buenas experiencias: en San Pedro Garza García, en Nuevo León, el 13.2 por ciento se siente seguro, aunque en Monterrey el número aumenta dramáticamente; en la alcaldía Benito Juárez, un 19.8 por ciento y en la alcaldía de Cuajimalpa, el 20.4 por ciento, lo que explica porqué tanto Santiago Taboada como Adrián Rubalcaba aspiran a ser candidatos en la ciudad de México.
Hay otros dos casos muy interesantes: Tampico con 22 por ciento y Piedras Negras, con 20 por ciento. Dos ciudades que hace unos años estaban en situación catastrófica.
En todos estos casos la receta ha sido la misma: relación de las instituciones con la sociedad, participación empresarial, construcción de policías locales fuertes, bien equipados y pagados, con mucha inteligencia e información digitalizada, con cámaras y operación cercana. Nadie inventa en seguridad el hilo negro y esa es la diferencia entre estos números y los catastróficos de buena parte del país. Oppenheimer.
Tuve la oportunidad de ver una de las mejores películas de los últimos tiempos Oppeheimersobre la vida de Robert Oppenheimer quien dirigió el proyecto Manhattan, para la creación de la bomba atómica, una aventura científica y tecnológica cuyo peso cayó sobre aquellos hombres y mujeres que crearon un arma de devastación masiva, y que luego, paradójicamente, fueron perseguidos, por el macarthismo. Es una gran historia, de las más importantes del siglo XX, dirigida en forma impecable por Christopher Nolan. No se la pierda.