La educación del fracaso anunciado

07.07.2023

El problema no está sólo en los libros de texto gratuito, sino en todo el nuevo modelo de enseñanza en el que los mismos se inscriben. En esa nueva escuela mexicana que augura el fracaso anunciado de la educación pública en el país, y que incrementará profundametne la desigualdad social, más allá del discurso ideológico de sus impulsores.

En las prioridades nacionales de aprendizaje en los libros para maestros de primer grado, se puede leer por ejemplo, que los docentes deben reconocerse “dentro de este sistema como uno de aquellos dos polos: como un sujeto que forma parte de las élites hegemónicas que oprimen  los sectores marginados o como un oprimido que es miembro de la subalternidad y que posee múltiples prejuicios impuestos por el sector dominante que le impide su crecimiento… para lograr esta reflexión crítica, el sujeto (estamos hablando agreguemos nosotros, de maestros y estudiantes) debe tener clara la clases social de la que participa y cómo alrededor de él y su comunidad se establecen prejuicios que confirman su subalternidad. El concepto de subalternidad surge para dar cuenta de la condición subjetiva de la subordinación en el contexto de la dominación”.

Más allá del galimatías y la sintaxis, lo que quieren decir, en otras palabras, es que el eje de la educación está en comprender si se es parte de la élites hegemónicas o si simplemente se está dominado por los prejuicios impuestos por éstas. Esa idea se complementa con la dependencia del individuo a las determinaciones comunitarias. Las escuelas deciden de acuerdo a la comunidad local los contenidos de la educación, aunque estemos hablando, como ocurre en muchas ocasiones en nuestro país, de comunidades que pueden ser profundamente machistas, religiosas, violentas o antidemocráticas. Pensemos por un momento en las comunidades dominadas por los Ardillos en la sierra de Guerrero, las de grupos religiosos, ya sea en Jalisco o en Chiapas, o las indígenas de usos y costumbres que prohíben la participación de la mujer o ejercen prácticas como vender a las jóvenes.

En los libros de textos y en el sistema de enseñanza se equiparan los “saberes comunitarios” con los científicos, alentando el peor de los prejuicios: el que parte en muchas ocasiones de la simple superstición.

Hay un tema central en esto que explica, por ejemplo, el apoyo acrítico de la SNTE al nuevo programa, más allá del oportunismo de sus actuales líderes: los docentes podrán desechar todo aquellos del programa propuesto que las comunidades en las que trabajan decidan que no es importante. Además, no hay evaluaciones ni para docentes ni para estudiantes: una enseñanza que no se puede evaluar, que no se puede medir en sus resultados jamás se podrá mejorar.

En realidad, el programa de enseñanza como tal es inaplicable para la mayoría de los maestros y estudiantes. Los docentes, por ejemplo, deberán interrelacionar los cuatros campos formativos centrales del plan: Lenguaje; Saberes y Pensamiento Científico; De lo Humano y lo Comunitario; Etica, naturaleza y sociedades, con siete ejes articuladores. O sea que el maestro deberá tener una matriz de 28 elementos que deberá entreverar con la visión nacional y además con la comunitaria , para diseñar su plan escolar y la planeación de sus clases. Pero como finalmente será el propio docente, con base al interés propio o el comunitario el que decidirá qué aplica y qué no, lo que se impondrá será la simulación.

Ello va de la mano con la sustitución de las asignaturas básicas por campos de conocimiento, con lo que la enseñanza de matemáticas, lectura, escritura, se diluyen en medio de distintos contenidos. En el campo de la lectura o la escritura en el primer año, los trabajos propuestos parten del supuesto de que los niños ya saben leer o tienen esos fundamentos, pero los niños no pueden aprender a leer, escribir, tener conocimientos matemáticos esenciales con base en los nuevos libros, se supone que ya los tienen. Se proponen actividades de lectura y escritura pero no se proponen trabajos que les ayuden a adquirir y desarrollar, dice por ejemplo la especialista Celia Díaz, su conocimiento del lenguaje escrito. Se les pide que hagan resúmenes cuando aún no han aprendido a leer.

En las matemáticas, en los libros de primaria desaparece la asignatura como tal y se integra con la física, la biología y la química. El énfasis educativo está en la utilización instrumental de las matemáticas y se abandona el pensamiento abstracto.

Hay mucho más que demuestra el fracaso anunciado del modelo de enseñanza del que los libros de texto son sólo una parte. Pero no debemos olvidar el fracaso del que ya se viene: según la Universidad Iberoamericana, durante la pandemia, en la que las escuelas estuvieron cerradas prácticamente dos años, la proporción de alumnos de primaria con niveles insuficientes de lenguaje y comunicación pasó del 49 por ciento a más del 70 por ciento, el desconocimiento en matemáticas pasó del 59 por ciento a más del 78 por ciento. Entre el año escolar 2018-2019 y el 2022-2023 la matrícula de educación básica y media superior se redujo en más de millón y medio de estudiantes.

En lugar de tratar de recuperar las habilidades perdidas y reducir el abandono escolar, la reforma plantea imponer una nueva escuela confusa y sin bases pedagógicas, con un altísimo componente ideológico para estudiantes y docentes. Es el escenario en el que se desarrollará el mayor fracaso educativo generacional del futuro del país.

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