Nuevo Laredo bajo fuego

Durante sus años de bonanza, Joaquín El Chapo Guzmán intentó arrebatarle una de las joyas de la corona al Cártel del Golfo.

Corrían los primeros años del siglo XXI y el Chapo, líder del Cártel del Pacífico, apenas había roto sus vínculos con los del Golfo, dirigido por Osiel Cárdenas.

Para Guzmán, se había convertido en una obsesión hacerse del control de Nuevo Laredo, Tamaulipas, por la importancia geográfica que tenía para sus intereses y los del grupo rival.

A finales de 2002 y arranque de 2003, El Chapo incluso recurrió a uno de sus hombres más importantes en Acapulco, Édgar Valdez Villarreal, famoso por su mote de La Barbie, y quien conocía muy bien la zona debido a que era originario de Laredo, Estados Unidos, pero también operó en Nuevo Laredo.

Pese al esfuerzo, Guzmán nunca pudo quedarse con la plaza. Los Zetas, el brazo armado del Cártel del Golfo le cerraron una y otra vez el paso, incluso después del arresto de Osiel Cárdenas.

Posteriormente, en 2007, Guzmán Loera volvería a pactar con sus enemigos, ahora liderados por Heriberto Lazcano.

Aunque que acordaron poner freno a la violencia y se repartieron los territorios a lo largo del país, una plaza no era negociable y causaría la frustración del Chapo: Nuevo Laredo.

IMPORTANCIA GEOGRÁFICA

Tamaulipas se localiza al norte de México, cara a cara con Estados Unidos. La entidad, de más de tres millones de habitantes, permanece en constante guerra, la cual se recrudeció durante noviembre.

Bajo el control del Cártel del Golfo, enzarzado en una demencia lucha contra el Cártel del Noreste, hay días en que los sicarios cortan los principales accesos y las autoridades piden a los vecinos que no salgan de las grandes avenidas.

Con más de mil 100 homicidios dolosos —de enero a septiembre de 2019—, Tamaulipas asemeja una tumba abierta y todos viven amenazados por el narco.

La violencia en el estado fronterizo volvió a mediadios del mes y lo hizo en multitud de formas, primero persecuciones, balaceras, luego volcaduras de carros y camionetas y por último bloqueos en una decena de calles. Lo mismo que ocurrió en enero, o antes de octubre.

El viernes 14 de noviembre, Nuevo Laredo amaneció con narcobloqueos, neumáticos ardiendo, camiones cruzados y niños horrorizados.

Tradicional zona de influencia del Cártel del Noreste, Nuevo Laredo es ahora una plaza en disputa. El 5 de septiembre de este año, elementos de la Policía Estatal abatieron a ocho presuntos sicarios.

Desde entonces, civiles armados y fuerzas armadas se enfrentan.

El viernes 15 de abril, policías y elementos del Ejército se enfrentaron a hombres armados al menos en dos ocasiones, en las colonias Infonavit y Benito Juárez. En el hecho murió un sicario.

Este tipo de situaciones es habitual en Nuevo Laredo. La penúltima vez fue hace dos meses, cuando un grupo de policías estatales abatieron a ochos delincuentes de la Tropa del Infierno, facción del Cártel del Noreste. 

Hasta el momento se presume que se trató de una ejecución extrajudicial, por lo que ya fueron detenidos dos agentes, y tres de ellos participan como colaboradores.

EL NUEVO BRAZO ARMADO

La Tropa del Infierno es el brazo armado del Cártel del Noreste, que a su vez es una fracción disidente de Los Zetas. Se disputa Tamaulipas con organizaciones criminales como Los Zetas Vieja Escuela y el Cártel del Golfo (CDG).

El líder de La Tropa del Infierno está identificado únicamente como El Werko, quien estaría casado con una sobrina de Miguel Ángel y Omar Treviño Morales, alias El Z-40 y El Z-42, respectivamente, quienes actualmente se encuentran en prisión.

Medios locales reportan que los integrantes del CDN han estado acosando a los empresarios de la localidad, sobre todo de las gasolineras. Sus ataques han despertado el miedo entre los ciudadanos debido a la violencia extrema que los caracteriza.

El Cártel del Noreste opera en una de las zonas clave para el trasiego de drogas hacia los Estados Unidos. Tamaulipas es el paso fronterizo, donde ingresan cada año toneladas de estupefacientes al país vecino del norte.

VERSIÓN DE LA AUTORIDAD

Ante los hechos que han azotado la zona, el alcalde de Nuevo Laredo, Enrique Rivas Cuéllar, reiteró su compromiso y obligación de continuar trabajando para lograr la estabilidad y tranquilidad de los ciudadanos 

De acuerdo con Reforma, fuentes federales que solicitaron el anonimato aseguraron que luego de la entrada del gobierno encabezado por Andrés Manuel López Obrador, personal de la Secretaría de Marina que realizaba acciones de vigilancia en Nuevo Laredo fue retirado.

“(En el sexenio pasado) los marinos estaban trabajando en Nuevo Laredo y Matamoros, en Reynosa no; había contacto y coordinación entre las fuerzas federales y estatales. Una vez que llegó el nuevo Presidente, los marinos fueron concentrados en las zonas donde hay puerto”, aseguró una fuente que pidió no revelar su nombre.

El pasado 6 de noviembre, la bancada del Partido Acción Nacional (PAN) presentó un punto de acuerdo en el que reprochó el retiro de elementos de la Marina Armada de México que realizaban labores de seguridad en la entidad.

“Para el presidente de la República resulta más importante proteger los puertos y litorales del país, que a los habitantes del mismo; situación que indudablemente traerá como consecuencia que los hechos delictivos aumenten, ante la completa apatía del Gobierno federal”, indicó la bancada panista.

La violencia y la inseguridad que vivieron en la ciudad fronteriza ocasionó que el Consulado de Estados Unidos en Nuevo Laredo, aplicara un “toque de queda” nocturno para su personal como medida de seguridad.

Por su parte, el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador se refirió a los constantes enfrentamientos en Nuevo Laredo y reconoció “ahí hay algo especial”.

Durante una de sus conferencias matutinas en Palacio Nacional, detalló que de todo el estado de Tamaulipas, Nuevo Laredo es en donde hay más enfrentamientos, por lo que, aseguró, ya “se está trabajando en eso”.

A pregunta expresa de si esta situación deriva de la salida de la Marina de la zona, López Obrador lo negó. 

“Acuérdense que ahí hubo un enfrentamiento que causó la muerte a personas y se habla de que eran personas inocentes (ejecución extrajudicial), es decir, que no tenían que ver con la delincuencia, es un expediente abierto, es una investigación que se está haciendo por un posible exceso de violación de derechos humanos, a partir de ahí se han descompuesto las cosas”, aseguró.

EL FACTOR DEL CJNG

Para colmo, otro de los factores que intervienen en la batalla en Nuevo Laredo tiene que con el interés del Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), por apoderarse de la plaza.

Así como en su tiempo lo hizo El Chapo, el grupo del Mencho ha comprendido la importancia de la ciudad para el traslado de estupefacientes a la Unión Americana.

Para ello, el CJNG habría optado por formar una alianza estratégica con el Cártel del Golfo para batallzar con el Cártel del Noroeste.

De acuerdo informes de la DEA, la gente del Mencho trafica metanfetaminas, cocaína, heroína y fentalino por esa zona, además de la influencia que tiene en el control de los ductos de Pemex, lo cual está implícitamente relacionado con el negocio del huachicol.

El año pasado, se registraron 301 tomas clandestinas localizadas por las autoridades, únicamente en Tamaulipas

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